Cientos de casas amanecieron ayer bajo las aguas del río Ozama en sectores de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte (SDN) y de Santo Domingo Este (SDE) además de localidades incomunicadas en San Luis y Hacienda Estrella, en La Victoria, rematando los daños ocasionados a la agricultura.
En el caso de SDN y SDE algunos niños presentan dificultades respiratorias, así como afecciones en la piel, producto de la humedad, picaduras de mosquitos y la contaminación.
Los sectores bajo la influencia del Ozama son Los Coordinadores, Las Cucarachas, Acapulco y otros de Sabana Perdida, así como El Tamarindo y Cancino Adentro, en Santo Domingo Este (SDE).
Joselín Amador lleva varios días con sus hijos bajo una carpa en Los Coordinadores, debido a que su casa está llena de agua, pero que solo el alcalde René Polanco ha ido por el lugar con algunos colchones que no alcanzaron para la cantidad de damnificados.
Tiene un hijo afectado por una bacteria, convertida en llaga en los pies, y la misma situación padecen otros menores como consecuencias de la contaminación, sin que el Ministerio de Salud Pública tome acciones al respecto.
Expresó que es madre de ocho muchachos, los que tampoco asisten a la escuela porque el río se llevó los uniformes y útiles escolares junto a otros artículos del hogar. Máxima Oviedo y sus cuatro hijos llevan varios días bajo una carpa que facilitó la institución internacional Visión Mundial, por lo que bajo las aguas del Ozama quedaron sus ajuares.
Carlos Manuel Ramírez demandó de las autoridades mosquiteros y colchones para los damnificados, ya que hay muchos niños a la intemperie y expuestos a los mosquitos, el frío y otros males.
Sostuvo que sobreviven gracias al auxilio de la Defensa Civil que al menos lleva raciones de comida a quienes están en las carpas y en casas de familiares y vecinos.
Yamilka Brito está a la intemperie con dos niños de uno y dos años, respectivamente, afectados con problemas en la piel, luego de las lluvias. El niño Freddy Miguel también presenta graves dificultades en la piel, pero aún así estaba descubierto fuera de su casa, que está llena de agua.
María Emilia Payano es otra niña de 11 años con una grave afección en las axilas y en la cabeza, sin recibir la asistencia médica, por la ausencia del Ministerio de Salud Pública en la zona. La situación era similar en el barrio Acapulco, detrás del sector Salomé Ureña, donde decenas de casas estaban sepultadas bajo el Ozama, como la de Miguel Del Carmen, y la de la señora Berigüete, quienes fueron auxiliados por vecinos.
En el Tamarindo y Cancino Adentro la situación también era calamitosa, con cientos de casas bajo las aguas del Ozama.
Claudio Félix aguardaba en lo alto del barrio desde donde contemplaba su casa media de agua sin que pudiera salvar siquiera los pocos ajuares que tiene.
Tampoco en esos lugares los muchachos fueron ayer a la escuela, debido a que las condiciones no se lo permiten, y muchos perdieron sus uniforme y útiles.
En cada uno de los lugares citados reclaman la asistencia de Salud Pública, el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI)), el Plan Social de la Presidencia y otros organismos para que acudan en auxilio de los cientos de familias que lo han perdido todo.
Aunque estos barrios siguen bajo agua, el COE entiende que la situación mejorará.
Cientos de casas amanecieron ayer bajo las aguas del río Ozama en sectores de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte (SDN) y de Santo Domingo Este (SDE) además de localidades incomunicadas en San Luis y Hacienda Estrella, en La Victoria, rematando los daños ocasionados a la agricultura.
En el caso de SDN y SDE algunos niños presentan dificultades respiratorias, así como afecciones en la piel, producto de la humedad, picaduras de mosquitos y la contaminación.
Los sectores bajo la influencia del Ozama son Los Coordinadores, Las Cucarachas, Acapulco y otros de Sabana Perdida, así como El Tamarindo y Cancino Adentro, en Santo Domingo Este (SDE).
Joselín Amador lleva varios días con sus hijos bajo una carpa en Los Coordinadores, debido a que su casa está llena de agua, pero que solo el alcalde René Polanco ha ido por el lugar con algunos colchones que no alcanzaron para la cantidad de damnificados.
Tiene un hijo afectado por una bacteria, convertida en llaga en los pies, y la misma situación padecen otros menores como consecuencias de la contaminación, sin que el Ministerio de Salud Pública tome acciones al respecto.
Expresó que es madre de ocho muchachos, los que tampoco asisten a la escuela porque el río se llevó los uniformes y útiles escolares junto a otros artículos del hogar. Máxima Oviedo y sus cuatro hijos llevan varios días bajo una carpa que facilitó la institución internacional Visión Mundial, por lo que bajo las aguas del Ozama quedaron sus ajuares.
Carlos Manuel Ramírez demandó de las autoridades mosquiteros y colchones para los damnificados, ya que hay muchos niños a la intemperie y expuestos a los mosquitos, el frío y otros males.
Sostuvo que sobreviven gracias al auxilio de la Defensa Civil que al menos lleva raciones de comida a quienes están en las carpas y en casas de familiares y vecinos.
Yamilka Brito está a la intemperie con dos niños de uno y dos años, respectivamente, afectados con problemas en la piel, luego de las lluvias. El niño Freddy Miguel también presenta graves dificultades en la piel, pero aún así estaba descubierto fuera de su casa, que está llena de agua.
María Emilia Payano es otra niña de 11 años con una grave afección en las axilas y en la cabeza, sin recibir la asistencia médica, por la ausencia del Ministerio de Salud Pública en la zona. La situación era similar en el barrio Acapulco, detrás del sector Salomé Ureña, donde decenas de casas estaban sepultadas bajo el Ozama, como la de Miguel Del Carmen, y la de la señora Berigüete, quienes fueron auxiliados por vecinos.
En el Tamarindo y Cancino Adentro la situación también era calamitosa, con cientos de casas bajo las aguas del Ozama.
Claudio Félix aguardaba en lo alto del barrio desde donde contemplaba su casa media de agua sin que pudiera salvar siquiera los pocos ajuares que tiene.
Tampoco en esos lugares los muchachos fueron ayer a la escuela, debido a que las condiciones no se lo permiten, y muchos perdieron sus uniforme y útiles.
En cada uno de los lugares citados reclaman la asistencia de Salud Pública, el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI)), el Plan Social de la Presidencia y otros organismos para que acudan en auxilio de los cientos de familias que lo han perdido todo.
Aunque estos barrios siguen bajo agua, el COE entiende que la situación mejorará.